jueves, 22 de diciembre de 2011

Dedicado a las nubes, por volver visible el cielo y fértil el suelo.

Escribo como quien reza, para pedirle a ese invento humano de Poder Superior que me ayude, que es demasiado denso el aire: Llegó el verano.

Mi hermana mayor no va a estar para navidad, por octava vez, y mi hermana menor no va a estar para navidad, por quinta vez. Mi corazón es un agujero: Me falta el aire.

Agradezco el abrazo de mi hija y el aire acondicionado. Eso, y haber podido hacer pan dulce, lengua a la vinagreta, pan casero con super poderes y humus. Al fin y al cabo, sí estarán mi hija y mi hermana del medio y toda su familia, así como mi madre y mi padre. Comeremos mi torta de boda-que-no-fué y veremos qué sabor tiene después de haber estado en mi heladera más de 14 meses, utilizando el 25% de mis recursos frigoríficos y el 100% de los amorosos.

En medio de todo lo bueno que tiene la vida para mí, del cierre del año del trabajo,  las entregas finales del posgrado, los trabajos buenísimos que arrancan urgentes, la escultura en hierro lista para patinar, la obra fotográfica para Innova ya embalada, la producción para Luis Magallanes preciosa terminada y entregada, las joyas de gres y plata en camino, yo en las nubes.

Disfruto las merecidas vacaciones de mi hija que está en casa haciendo sus divinuras, aunque yo sin estantería. Tenía una comprometida, y se me cayó. Qué me rescata del duelo de lo que no va a ser? Mi impotencia humana se enfrenta a la realidad como una pared. A esta altura del año y de mi vida no puedo pensarla como una suma de ladrillos, no, hoy es una pared. No va a ser lo que podría haber sido, es lo que es, una pared. Fueron ladrillos como para construir una casa, y antes fue barro y fuego. Hoy no es ni un puente, no, es una pared.

Voy a hacerme una escalera gigante. Y a ver si ahora puedo seguir trabajando en mis cosas.

Fortaleza y esperanza para todos nosotros. Todo pasa, así como va a pasar la Navidad, y el verano también va a pasar, así como va a pasar este mal de amores, como pasaron otros antes. 





martes, 25 de enero de 2011

Mi tesoro de torta con super poderes.

Ingrdientes:

250 gramos de ciruelas secas sin carozo
250 gramos de pasas de uvas sin carozo
200 gramos de chocolate amargo en polvo
1 taza de agua hirviendo
el jugo de una naranja
3 huevos
2 cucharadas de lecitina de soja
1/2 taza de azúcar (negra mejor)
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de semillas de sésamo negro tostadas
2 cucharadas de semillas de lino remojadas
2 cucharadas de semillas de girasol tostadas
2 tazas de harina integral
vainilla
canela
cardamomo
pimienta negra molida
nuez moscada
ralladura de cáscara de naranja
dos cucharaditas de polvo para hornear Royal
media taza de aceite de maíz

Procedimiento:

Derrita el chocolate en el agua hirviendo, hasta que enfríe, agregue el jugo de naranja y las pasas hasta que se hidraten bien (que queden tiernas).
Licúelas con las ciruelas, los huevos las especies, el aceite, la lecitina las semillas y el azúcar.
Incorpore la harina previamente mezclada con el polvo de hornear.
Coloque en asadera redonda de unos 30 cm de diámetro enmantecada y hornee en horno medio a baño maría 40 minutos aproximadamente.

Desmolde y una vez frío envuelva y guarde en heladera. Estaciones por lo menos un día. Esta torta se conserva unos cuantos meses en heladera.

Para radicales libres (personas decididas a ser radicalmente libres):

Enriquecer el harina con dos cucharadas de levadura de cerveza, dos de gluten de trigo y dos de germen por cada taza de harina integral.

Rallar dos zanahorias en la mezcla base y un poco de jengibre fresco e incorporar a la mezcla antes de la harina.