lunes, 25 de enero de 2021

Después de la cuarentena: Post it!

En la tarde del 31 de diciembre estaba picando ajos para la lengua a la vinagreta, y ví mi piel erizada. Hacía calor. Estaba cansada, y triste. Desde que no tengo a mi abuela, las fiestas son tristes. Pro ella murió hace más de veinte años, y ni mi madre ni mi padre ni mis hermanas viven en mi ciudad, asique las fiestas acostumbran ser tristes, y mi gata Noa, con la que había vivido y dormido durante 17 años, había muerto hacía dos días. Un profundo cansancio me aplastó. Había terminado la práctica de taichi con un dolor de espaldas inverosímil, inclusive para una paciente crónica de lumbalgia como yo. Hacía mucho calor, además. Siempre hace calor para mi gusto, y así y todo estaba erizada de pies a cabeza, dolorida, y cansada, cocinando para llevar a la cena en casa de Banu. Supe, al ver mi piel erizada aún antes de sentirla, que tenía covid, y que tenía que cancelar la cena. Y así fué. Pasé veinte días aislada completamente, sin abrir casi la puerta, comiendo mis reservas y unas frutas que velientemente me trajo mi hija hasta la puerta, adicioné vitaminas que me alcanzó Sonia, la mejor vecina del mundo de la farmacia del barrio. Comí sin ganas y sin sentir sabor ni olor. La cabeza me dolía tento que pensé que se me caerían los dientes. Durente el día puse una bolsa de hielo varias veces al día para aguantar. Tres días no hablé ni abrí los ojos, prácticamente. Cuando pasó, renaci. Volví a vivir, y no había nada ni nadie al rededor. Tenía todo el tiempo para mí: una semana más de cuarentena. Sólo quería leer y escribir. Demoré dos días en sentir el vació. Estaba en duelo. Viuda, otra vez, de alguna manera. Las cosas más importantes no son las que pasan en nuestra vida, sino lo que hacemos con ellas. El 29 de diciembre enterré a Noa en el jardí del fondo de la casa de mi profesora de Taichi, Blanca Bersanelli, a la que conozco hace 33 años. Dónde están realmente mis raíces? Nada me hizo falta: tenía agua, comida, vitaminas y analgésicos. Recupero capacidades día a día, aunque sigo débil. Ahora, sólo comiendo, descansando, haciendo taichi y escribiendo, con la energía amorosa de mis compañeros de práctica por zoom, me recupero. Vuelvo a la vida! PEro no a la vida de ante, no. Ahora vivo para algo más lindo: Cumplir un sueño. Algo tan barato como escribir un libro. Queridos lectores, hay sueños a los que renunciamos, enterramos. Otros florecen.

martes, 17 de noviembre de 2020

Yo cocino mi vida.

Elijo los ingredientes, los meto dentro de mi chismosa, los pago y me los traigo a casa (en general, porque también me gusta cocinar en el parque Lecocq o el de Punta Espinillo, pero estas son historias para otro día).

Todo esto es una suma de buenas noticias: soy conciente, puedo elegir, tengo información, una idea de qué quiero, un trabajo y dinero para pagar mis cosas, una casa y también parques a los que ir de paseo. Y el tiempo me lo permite! El clima, queiro decir, porque lo que es tiempo para paseos no he tenido, trabajo trabajo y trabajo preparando mis próximos talleres!

Qué quiero para mí? Slud, dinero y amor. Por eso siempre hago mi pan, que tiene las tres cosas.

Comparto una flor de obra, tulipa de masa de chapati, cocida al horno sobre un vegetal, juraría que fué una berenjena, pero no me acuerdo, quizás haya sido una piedra, fué hace algún tiempo, me acuerdo que al comerla fué crocante y resistente, soportó ingredientes jugosos y calientes, creo que fué carne con cebollas doradas!

Chapati básico clásico recontra sano.

Pan originario de la zona de India y Paquistán.

Instrumentos: Un bowl (o palangana)

Una cuchara

Un palote

Un sartén o plancha de hierro

Una pinza de metal (para darlo vuelta, o un tenedor, pero es más difícil!)

Un fuego y la asistencia de un adulto…

Ingredientes: Harina blanca (1 cero) 2 tazas

Harina integral fina 2 taza

Aceite 1 cucharada mediana

Sal 1 cucharadita

Semillas de sésamo 1 cucharada

Agua 1 taza y algo más, a ojo dependiendo de la humedad ambiente, la de la harina, el gusto de cada uno.

Siempre tengamos harina adicional para estirar la masa y aceite para “pintar” el sartén!

Procedimiento:

Manos limpias, cómodos.

Colocamos las harinas en una palangana, después las semillas (tostadas las de sésamo hasta que salten en el srtén!)

Después agregamos el aceite, mezclamos bien, y por último (y con mucha atención!) el agua. Vamos a agregarla de apoco porque es muy importante que podamos trabajar la masa sin que se pegotee contra la mesa, aunque siempre podemos agregar más harina si nos pasamos.

Después que está la masa pronta, la amasamos todo lo que nos dé la paciencia. Cuanto más la amasemos más suave será al comerla. La podemos dejar descansar (una hora, un día o una semana) o cocerla en el mismo momento. A mí me gusta guardar una pelotita del tamaño de un puño para agregarle a la siguiente masa, lo que llamo masa madre. Esto le dá una fermentación suave y natural que la vuelve más fácil de trabajar a la masa y de digerir al chapati.

La estiramos bien y mientras ponemos a calentar la plancha, sartén o piedra que tengamos. El chapati tiene que quedar de no más de tres o cuatro milímetros de espesor.

Pintamos la plancha con un pincelito de cerdas naturales (sino se quema) o de papel con aceite.

Cocinamos a fuego fuerte de ambos lados sobre una superficie caliente. Cuando empieza a hacer burbujas es que ya está para dar vuelta.

Podemos probar masas de diferentes espesores (finas y gruesas) las que van a llevar diferentes tiempos de cocción, y además van a quedar diferentes, unos más tiernos, otros más crocantes.

Por último vamos a comerlos! Buen provecho! Calentito es rico! Pero frío también!


viernes, 17 de agosto de 2012

Pan

Ingredientes: 

Del trigo: 
Harina integral  1 kilo
Gluten             1/4 taza
Germen           1/4 taza 

Aceite de maíz  4 cucharadas 

Arroz integral  2 tazas cocidas con 3 1/2 de agua y 1/4 taza de algas wakame
Remojar al menos dos horas o toda la noche y agregar: 
Lino               2 cucharadas     
Chia              3 cucharadas     

Tostar y agregar:
Sésamo        4 cucharadas
Girasol          4 cucharadas

Levadura de cerveza                        2 cucharadas
Levadura de cerveza deshidratada  3 cucharadas (de la que no leuda!)
Alga Spirulina                                 2 cucharadas 
Lecitina de Soja granulada            3 cucharadas
Polen granulado                           3 cucharadas
Sal (opcional)                              2 cucharaditas


Procedimiento: 

12 horas antes de hacer el pan, en un bol de cerámica o vidrio, poner a remojar las semillas de chia y lino, en tres tazas de agua. 

Poner a cocinar el arroz con el agua y las algas y una pizca de sal.  Inicialmente fuego fuerte, cuando empieza a hervir, lo bajo al mínimo, semi-tapado, dispuesta a que toda la cocina se enchastre porque se vuelca todo, y lo dejo media hora así al mínimo. Después lo apago y lo dejo media hora más tapado y quieto. Después se destapa, se revuelve de manera suave con espátula de bambú y se deja enfriar. 

Mientras, preparar la masa: mezclar bien en un bol grande, la harina integral de trigo, el germen, el gluten, la levadura de cerveza, la levadura de cerveza dehidratada, la lecitina de soja granulada, el alga spirullina y la sal. Tostar las semillas de sésamo y girasol, separadas, y sumarlas a los ingredientes secos. 

Cuando el arroz se enfríe, se mezcla con las harinas, agregando después las semillas remojadas y toda su agua hasta que la masa esté uniforme. Se agrega agua a ojo hasta que se pueda menejar. Amasar unos 10 minutos de manera entusiasta. 

Dejar leudar 2 horas si es verano y 4 horas si es invierno, tapado con un paño húmedo. Si no se quiere usar levadura de cerveza, se deja esperar 16 horas en invierno y 8 en verano, hasta que tengamos masa madre. Separar un puñado de la masa y guardarla en la heladera para agregar a la siguiente masa (y ésa será nuestra masa madre). 

Amasar ligeramente, y armar dos panes, en moldes, y dejar leudar un par de horas. 

Hornear con el horno abierto los primeros 20 minutos. Cuando la masa crezca, cerramos y ponemos horno fuerte hasta que dore. 

Al sacarlo del horno, retirarlo de la asadera enseguida y apoyarlo en una rejilla para que respire.

Para transportarlo tibio, envolver en una tela.

Una vez frío, se pone en una bolsa de nylon en la heladera. Dura tranquilamente dos semanas.

Buen provecho. 

domingo, 15 de abril de 2012

Con Sarita patinadora!

Difícil sobrevivir en el Botánico al contaminante olor a grasa quemada de churro y a la más irritante contaminación sonora producida por los auspiciantes durante el partido de hoy a la tarde Cerro - River, desde el estadio de River Plate. Igual pasamos lindo (sin contar las rodillas y manos llenas de lastimaduras "superficiales" que trajo Sara!) con Ginger y Simona, que no sabemos cómo fué que se colaron en la mochila de Sara. Un día lleno de sorpresas!
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jueves, 22 de diciembre de 2011

Dedicado a las nubes, por volver visible el cielo y fértil el suelo.

Escribo como quien reza, para pedirle a ese invento humano de Poder Superior que me ayude, que es demasiado denso el aire: Llegó el verano.

Mi hermana mayor no va a estar para navidad, por octava vez, y mi hermana menor no va a estar para navidad, por quinta vez. Mi corazón es un agujero: Me falta el aire.

Agradezco el abrazo de mi hija y el aire acondicionado. Eso, y haber podido hacer pan dulce, lengua a la vinagreta, pan casero con super poderes y humus. Al fin y al cabo, sí estarán mi hija y mi hermana del medio y toda su familia, así como mi madre y mi padre. Comeremos mi torta de boda-que-no-fué y veremos qué sabor tiene después de haber estado en mi heladera más de 14 meses, utilizando el 25% de mis recursos frigoríficos y el 100% de los amorosos.

En medio de todo lo bueno que tiene la vida para mí, del cierre del año del trabajo,  las entregas finales del posgrado, los trabajos buenísimos que arrancan urgentes, la escultura en hierro lista para patinar, la obra fotográfica para Innova ya embalada, la producción para Luis Magallanes preciosa terminada y entregada, las joyas de gres y plata en camino, yo en las nubes.

Disfruto las merecidas vacaciones de mi hija que está en casa haciendo sus divinuras, aunque yo sin estantería. Tenía una comprometida, y se me cayó. Qué me rescata del duelo de lo que no va a ser? Mi impotencia humana se enfrenta a la realidad como una pared. A esta altura del año y de mi vida no puedo pensarla como una suma de ladrillos, no, hoy es una pared. No va a ser lo que podría haber sido, es lo que es, una pared. Fueron ladrillos como para construir una casa, y antes fue barro y fuego. Hoy no es ni un puente, no, es una pared.

Voy a hacerme una escalera gigante. Y a ver si ahora puedo seguir trabajando en mis cosas.

Fortaleza y esperanza para todos nosotros. Todo pasa, así como va a pasar la Navidad, y el verano también va a pasar, así como va a pasar este mal de amores, como pasaron otros antes. 





martes, 25 de enero de 2011

Mi tesoro de torta con super poderes.

Ingrdientes:

250 gramos de ciruelas secas sin carozo
250 gramos de pasas de uvas sin carozo
200 gramos de chocolate amargo en polvo
1 taza de agua hirviendo
el jugo de una naranja
3 huevos
2 cucharadas de lecitina de soja
1/2 taza de azúcar (negra mejor)
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de semillas de sésamo negro tostadas
2 cucharadas de semillas de lino remojadas
2 cucharadas de semillas de girasol tostadas
2 tazas de harina integral
vainilla
canela
cardamomo
pimienta negra molida
nuez moscada
ralladura de cáscara de naranja
dos cucharaditas de polvo para hornear Royal
media taza de aceite de maíz

Procedimiento:

Derrita el chocolate en el agua hirviendo, hasta que enfríe, agregue el jugo de naranja y las pasas hasta que se hidraten bien (que queden tiernas).
Licúelas con las ciruelas, los huevos las especies, el aceite, la lecitina las semillas y el azúcar.
Incorpore la harina previamente mezclada con el polvo de hornear.
Coloque en asadera redonda de unos 30 cm de diámetro enmantecada y hornee en horno medio a baño maría 40 minutos aproximadamente.

Desmolde y una vez frío envuelva y guarde en heladera. Estaciones por lo menos un día. Esta torta se conserva unos cuantos meses en heladera.

Para radicales libres (personas decididas a ser radicalmente libres):

Enriquecer el harina con dos cucharadas de levadura de cerveza, dos de gluten de trigo y dos de germen por cada taza de harina integral.

Rallar dos zanahorias en la mezcla base y un poco de jengibre fresco e incorporar a la mezcla antes de la harina.

lunes, 24 de mayo de 2010

Correr por mi empoderamiento

Ayer mientras corría pude sentir una forma de despegue.

Siempre preferí practicar marcha olímpica porque estando en contacto siempre con el piso creía protegerme del destrozo que puede producir el impacto porque ya bastante hace a gravedad en una como para andar ayudándoa de esta manera tan sufrida y sudada.

Una experiencia divertida una vez en la San Fernando de Maldonado fue ver la desesperación de los hinchas ante el hecho de que una no corra, animándo, rogando y exigiendo que una corra! Vamos flaca, vos podés! Pero yo no quería.

Ahora quiero correr, quizás porque estoy deseperada porque tengo una hija que acaba de entrar en la pre adolescencia y tengo que ser un muro donde reboten todos sus conflictos, porque tengo demasiado trabajo y proyectos en progreso que desafían mi capacidad y temple y por eso y por mi imperiosa necesidad de sentir que desarrollo al máximo mi potencial, corro, apesar de mí, corro por las endorfinas y para terminar con la limitación autoimpuesta por mi pereza y mi cabeza que me dice que no hace fata, corro para conectarme con mi máximo poder cardiovascuar y cerebral además del motor, corro para sentirme libre y fuerte, corro para cumplir el deseo de correr aunque todavía no me gusute correr, lo hago para sentirme empoderada en eso que si no lo hago yo nadie puede hacer por mí.